Como venimos alertando desde el comienzo de la crisis por la COVID-19, en el Colegio de Médicos de Sevilla nos preocupa sobremanera el futuro de la medicina privada y que pueda encaminarse a una situación de crisis irreversible.
Posiblemente, si el colectivo de médicos de ejercicio libre no recibe ningún tipo de ayuda serán muchos los facultativos que tengan que cesar su actividad, algo que no sólo perjudica al propio sector, sino a la sociedad en general, pues los pacientes verán dificultado su acceso a profesionales sanitarios en el sector privado, médicos altamente cualificados que desde hace años vienen complementan la sanidad privada con la pública ofreciendo una asistencia de altísima calidad de forma muy eficiente.
Todos entendimos en el difícil escenario en el que nos encontramos que los distintos actores de la medicina privada en España tendríamos que soportar en común las pérdidas derivadas de la crisis sanitaria: esto son las compañías aseguradoras, los grupos hospitalarios y los médicos. Lejos de transmitir mensajes alarmistas o apocalípticos, lo que tratamos es de remar todos en la misma dirección para salvar el sector, de vital importancia para todas las partes.
Para ello optamos por reaccionar pronto y con decisión, trasladando nuestra inquietud a los directores de las compañías aseguradoras a través de una carta a mediados de marzo en la que proponíamos soluciones con la invitación a sentarnos en mesas de dialogo en la búsqueda de medidas. Hasta el día de hoy han contestado entre otras, Adeslas, DKV, Sanitas, Mapfre, Asisa, HNA, Cigna, Aegon, Antares y Medifiact. Las respuestas se limitan a abonar consultas telemáticas o a adelantar créditos blandos. La primera opción es insuficiente por poco útil, pues el teletrabajo en medicina es, en la mayoría de especialidades, improductivo. Y en el caso de los adelantos a cuenta dejan al médico en una posición deudora, algo que en la difícil situación de los profesionales nos parece que se sitúa en la frontera de la inmoralidad.
Creemos que los médicos llevan años soportando honorarios irrisorios por actos no actualizados desde hace varias décadas. Sufrimos retrasos en los pagos de varios meses y, en algunos casos, tasas de impago por actos que alcanzan el 10-15% de lo facturado, por lo que la capacidad de sacrificio por parte del profesional y la lealtad al colectivo está más que demostrada. Y es esa lealtad la que esperamos sea correspondida en esta etapa en la que las facturaciones se han desplomado por encima del 80% de pérdidas.
Seguimos esperando respuestas para esa mesa de diálogo, necesitamos medidas concretas, drásticas y valientes del sector empresarial.
Algunas que incluyan la actualización de los baremos de los actos médicos según la carestía de la vida; pago sin demora e íntegro de dichos actos médicos; y homogeneidad de baremos en el territorio nacional.
Medidas que, además de razonables y justas, sí tendrían un beneficio inmediato en la economía doméstica de los profesionales.
Todos los actores somos necesarios, compañías, hospitales y médicos; y es una demanda de nuestros pacientes pertenecer a compañías fuertes con buenas coberturas, para ser atendidos en grandes hospitales y por los mejores profesionales. Por ello no entendemos que no se nos preste apoyo y seguridad como pilares fundamentales que somos.
No queda mucho margen de espera, pues muchos profesionales necesitan acciones urgentes para no cesar la actividad, por lo que es tiempo de actuar, y de actuar ya. Sin profesionales no habrá actividad en los hospitales, ni confianza de los asegurados en los cuadros médicos, por lo que no tendrán sentido las aseguradoras de salud.
Con la confianza de que lograremos despertar la sensibilidad de las compañías, y el ofrecimiento para salvar el sector entre todos, esperamos la llamada para el dialogo por vuestra parte.
Fdo. Dr. Adolfo López Gómez Vocal de Ejercicio Libre del Colegio de Médicos de Sevilla