El Colegio de Médicos de Cádiz celebró el acto conmemorativo del centenario de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC), un encuentro en el que autoridades, médicos, familiares, beneficiarios, socios protectores, personal de la Fundación y de la corporación médica encargados de la protección social pusieron en valor “la vocación, empatía y sensibilidad social” de los médicos gaditanos hacia sus compañeros y familias que se encuentran en situación de especial vulnerabilidad.
El Dr. Rodríguez Vicente, Vicesecretario de la Fundación, hizo un recorrido por la historia de la FPSOMC, que nació en 1917 con la misión de aunar la solidaridad de todos médicos españoles hacia compañeros o familiares en situaciones difíciles y con el objetivo de ofrecer una cobertura “complementaria” a la protección social que tiene el Estado de Bienestar y “dar respuesta” a las necesidades más inmediatas de los miembros de la profesión médica y sus familias.
Por su parte el Dr. Juan Antonio Repetto, Presidente del Colegio de Médicos de Cádiz y del CACM, resaltó “la vocación” que a todos les llevó un día a elegir la profesión de médicos, algo que, a su juicio, se fundamenta en “profundos sentimientos de servicio, empatía, y sensibilidad social humanitaria y humanística” que les hacen estar muy próximos al ser humano. Pero también, consideró que está en sus “raíces” un “profundo sentimiento de solidaridad”, que se expresa día a día el ejercicio profesional. Este sentimiento “despertó” a los médicos la necesidad de proporcionar ayuda a aquellos compañeros que en un momento pudiesen necesitarla:
“Hace ahora cien años, en 1917, un grupo de compañeros crearon un sistema de solidaridad para apoyar a los compañeros Médicos, a sus familiares, sus viudas, sus huérfanos”, dijo el presidente del COMCADIZ, quien destacó que este sistema, inicialmente Patronato, no sólo ha continuado de forma ininterrumpida dando cobertura a las más diversas necesidades, sino que “se ha transformado en una Fundación que ha ampliado de forma muy importante sus prestaciones, adaptándose a las diferentes necesidades de la sociedad actual”.
Marta Espinar, beneficiaria de la Fundación, contó cómo al morir su padre pudo estudiar la carrera de Enfermería gracias a las ayudas que recibió a través del Colegio. “Solo tengo palabras de agradecimiento porque en esa situación tan difícil, tanto para mi madre como para mí, pude acceder a una carrera con lo que conlleva monetariamente. Me han ayudado bastante”, dijo. También puso de manifiesto “la gran acogida” que sintieron desde el momento que les llamaron para informales que se podían acoger a estas ayudas y resaltó “el trato cercano y profesional” con el que fueron atendidas.
Paula Medina, médico de Algeciras, se quedó viuda en el 2002 de un médico, colegiado en Cádiz, con tres niños de 3, 4, y 6 años. “Mis hijos han podido estudiar gracias a las ayudas que en todo momento han recibido”, contó la beneficiaria quien explicó que con las prestaciones educacionales el mayor es licenciado en ADE, el mediano cursa matemáticas y el pequeño acaba de iniciar Medicina. Tras resaltar “el trato de excelencia” que recibió de la Fundación y el Colegio, agradeció “por lo que han significado” para la vida de sus hijos y la de ella misma.